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EGO: EL BUFÓN DE NUESTRA MENTE

Hoy, hace 44 años elegí reencarnarme en este planeta escuela, vamos que es ¡MI CUMPLEAÑOS! y a diferencia de otros años hoy elijo regalar yo. Os regalo este precioso cuento que hace unos días me vino a la cabeza, espero que no solo os guste sino que os ayude a comprender qué es el ego y para que nos sirve.


Y comienza como todos los cuentos del mundo empiezan:


Había una vez, hace muchos muchos años, un precioso reino en el que vivía un rey y una reina con sus tres preciosos principit@s.


El rey, que era muy sabio y alegre, le gustaba mucho divertirse y hacia grandes fiestas en su palacio para nobles y reyes de otras comarcas, y nunca nunca olvidaba invitar a las gentes de su reino.

Este y otros hechos le llevó a ser un rey muy querido y respetado por tod@s.


El rey, en cada una de sus majestuosas fiestas, siempre traía al mismo bufón, un chaval joven y pícaro que rescató de la calle un día que le vio actuando en la ciudad. El chaval era maltratado y explotado por la familia y el rey decidió darle una vida mejor en palacio contratándolo como bufón de la corte.

El bufón entretenía y divertía a todos sus invitados y especialmente a la familia real.


Al terminar cada jornada el bufón tenía permitido por el rey quedarse y disfrutar de todo lo que en la fiesta había, sintiéndose uno más en el castillo.


El bufón aprovechaba para comer y beber todas las delicias que ponían pero, a diferencia de las buenas intenciones que el rey tenía con él, éste se dedicaba a pasear por la fiesta y entre bufonada y bufonada iba robando a todos y cada uno de los invitados sin que ellos se dieran cuenta, además, cuando ya se cansaba de robar chismorreaba con todos los asistentes sobre las cosas más intimas que ocurrían en palacio.


La reina le observaba festejo tras festejo, hasta que descubrió que aquel bufón tan querido por su esposo no era realmente quien aparentaba ser.

La reina, que sabía cómo quería su esposo a aquel bufón, no sabía cómo encontrar la manera de decirle lo que había descubierto. Pero harta un día de ver la injusticia que se estaba cometiendo en el palacio, se armó de valor e hizo llamar al rey para contárselo:


- Querido esposo, desde hace un tiempo estoy observando al bufón que traes a palacio cuando organizas tus fiestas, sé que le aprecias mucho por la vida que llevó y que te resulta muy gracioso y divertido, pero he de decirte algo sobre él que me gustaría que observaras la próxima vez que venga. La reina le contó lo que había descubierto y el rey se enfadó muchísimo, ¿cómo se atrevía aquel bufón a robar a sus invitados después de cómo se había portado con él ?.


El rey dijo:


- Si es verdad lo que me cuentas querida esposa, tendrá que pagar por ello con el peor de los castigos ¡Le cortaré la cabeza! dijo


- No -le contestó la reina- le haremos algo peor y más divertido


La reina le contó el plan que se le había ocurrido y el rey lo aceptó complacido:


- Sí sí esposa mía, eso mismo haremos.


Inmediatamente después el rey organizó una de sus magníficas fiestas, la más espectacular fiesta que jamás antes se había celebrado en palacio, por supuesto no pudo faltar el que sería el protagonista de esa velada: EL BUFÓN.


Todos comieron y bebieron en palacio y por fin llegó el gran momento, el rey hizo llamar al bufón para la que sería su última función.

Una vez más éste divirtió a todos y cada uno de los comensales y al finalizar volvió para hacer de las suyas como siempre.


La única diferencia es que esta vez, el rey, estaba observando todos y cada uno de sus movimientos, confirmando tristemente lo que su querida esposa le había dicho.

Cuando el bufón terminó, procedió a despedirse de los reyes como hacía cada vez que acudía a palacio.


Pero, el rey, antes de irse le dijo:


- Mi fiel amigo bufón, cada vez que celebro una fiesta te hago llamar para que nos diviertas a tod@s, llevas años haciéndonos reír y disfrutar, y esta fidelidad se merece un reconocimiento público, deseo que te quedes a escucharlo.

- Así lo haré mi rey- dijo el bufón muy emocionado por las palabras del rey, aguardó feliz, orgulloso y con una cara burlona, sin saber qué era lo que le esperaba.


- ¡Atención !¡atención!, -dijo el rey-, quiero decir unas palabras a la persona que durante años nos ha hecho disfrutar y reír en todas y cada una de mis celebraciones.


La sala se quedo en silencio con la llamada del rey, escuchando qué era lo que iba a decir......


- Como decía, mi fiel bufón ha venido a cada evento celebrado aquí a llenarnos de alegría y diversión con sus saltos y piruetas.

Recientemente, la reina me llamó un día para contarme unos hechos que estaban ocurriendo y de los cuales yo no era conocedor.

Este personaje ha robado a todos y cada uno de los invitados asistentes a mis fiestas y ha chismorreado de los temas personales de palacio ridiculizando a todos los miembros que en el habitan.

¡He aquí la prueba!

Ordenó a los guardias que revisaran los bolsillos del bufón, de los cuales salieron collares, pulseras y anillos de los invitados del palacio.

El bufón, que no se esperaba para nada esta humillación, se defendió diciendo que no habían sido robados sino regalados por los asistentes.


El rey preguntó si alguno de sus invitados reconocían esas joyas y pidió si podían decir si había sido así.

Uno por uno se fueron acercando los dueños de los objetos robados con cara de muy enfadados confirmando que no había sido como el bufón decía.


Entonces el rey, enfurecido dijo:


- Siempre me he considerado un rey justo y amable con todas las personas de mi reino y de los reinos vecinos, te saqué de las calles con la mejor de mis intenciones y ¿así me lo pagas?.

Este hecho me lleva a encerrarte en la celda más fría y oscura de mis mazmorras, de allí solo podrás salir cuando seas llamado para divertirnos, pero saldrás sin tus ropajes, para que hagas solo lo único que sabe hacer ¡hacernos reír!.


El bufón fue dirigido hacía su nuevo hogar, humillado y arrepentido por haber traicionado al rey.

Tal y como el rey ordenó, él solo salía, sin sus ropas, cuando era llamado, siendo la risa y diversión de cada uno de los asistentes.


Pasados los años, arrepentido, el bufón pidió ser visto por el rey, éste, después de tantos años de encierro le concedió su petición.


- Amado rey, estoy muy arrepentido por los hechos pasados, le suplico que tenga en cuenta mis palabras. Asumo la responsabilidad de mi castigo por haber hablado mal de vos después de lo bien que me ha tratado siempre. Asumo estar en la celda más fría y oscura por haber robado a sus invitados cuando le debía respeto y admiración. Amado rey, le pido disculpas de corazón, ya que lo que hice fue lo único que me enseñaron a hacer, divertir a las gentes para robarles y ridiculizarles.

Su castigo me ha hecho reconocer que le debo una actuación mucho mejor de la que le dí, le ruego, por favor, que me de la oportunidad de demostrarle que puedo llegar a ser su sirviente más fiel.


El rey se quedó pensativo, y le contestó:


- Me lo pensaré y le haré llamar para mi respuesta.


El rey estuvo meditando largo tiempo sobre las palabras del bufón, sinceramente sintió lástima de él, porque era un niño cuando le recogió de las calles de la ciudad, sabía que había sido obligado a robar por sus padres, con castigos físicos muy duros si no lo hacía, desde luego aprendió muy bien esa habilidad, por lo tanto ¿aprendería igual de bien si se le enseñaba otra cosa?.

Llevaba años encerrado en las mazmorras, alimentado sólo por pan y agua, el rey, que era muy sabio, sabía que todo ese tiempo era más que suficiente para que el propio bufón pidiera arrepentido otra oportunidad, por lo tanto, decidió llamarle y le dijo:


- Y bien bufón, he meditado sobre tus palabras, por el tiempo que has pasado en las mazmorras sé que has meditado mucho para llegar a pensar sobre lo que hiciste.

Sé que tu arrepentimiento es verdadero, así que voy a darte una nueva oportunidad.

Te daré un año para aprender a ser un buen vasallo y si lo consigues te convertiré en mi persona de confianza, estarás a mi lado cada día y me ayudarás a resolver todo lo referente a palacio, pero si vuelves a traicionarme, te meteré en la peor celda que exista y tiraré la llave al fondo del mar, y de allí no saldrás hasta que la muerte venga a buscarte.


El bufón, emocionado por las palabras del rey le contestó:


- Alteza, no se arrepentirá de su sabia decisión.


Y así fue, el bufón aprendió rápidamente todas las gestiones dignas de un palacio real, antes de que terminara el año los consejeros del rey le dijeron admirados que, sin duda, era el alumno más aventajado que jamás habían tenido en palacio.


Y así fue como el bufón de la corte se convirtió en la personas más fiel y querida por el rey.


Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Sé que este post va a ser más largo de lo normal, pero creo que merece la pena, os voy a contar la sustitución de cada personaje para que lo podáis entender mejor.

- El bufón es nuestro ego, que aprende de lo que ve y de lo que nos enseñan, nuestro ego se busca la vida para que podamos sobrevivir, convirtiéndose en tirano si así se lo permitimos.

- El rey somos nosotros mismos al nacer, no necesitamos un ego, de hecho ¿cuántos bebés habéis visto con ego?...... al nacer somos sabios, estamos llenos de amor y comprensión, de sabiduría. Siempre sabemos qué tenemos que hacer, lo que pasa es que nos enredamos con todas las cosas que nos pasan en el exterior y no percibimos la realidad, somos creadores de nuestras vidas, somos responsables de todo lo que pensamos, vemos y experimentamos. - El pueblo son las emociones, que, entretenidas por el ego= bufón, se dejan robar=manipular por el bufón sin que el rey, despistado también con las "gracias" del ego, pueda gestionarlas correctamente. - La reina es la consciencia, que sabe absolutamente todo sobre nosotros, la vamos tapando con nuestras creencias, pero de una manera o de otra ella sabe que tiene que "avisar al rey=nosotros, de lo que está pasando", pero un día, (por una crisis, una enfermedad, la muerte de algún ser querido) tenemos el conocido despertar de la consciencia, y poco a poco nos vamos dando cuenta de qué está pasando en nuestras vidas, y vamos recibiendo la información para que podamos ser más conscientes y poder poner al ego a nuestro servicio. El palacio es nuestra mente, que dueña y señora del reino cree tener el poder sobre todo lo que acontece en palacio. El encierro del ego a la parte más oscura del palacio, es el periodo de transición que pasamos cuando empezamos a descubrir, normalmente tras un duro golpe o simplemente porque así sentimos que lo queremos hacer, quiénes somos y qué hemos venido a hacer aquí. Realmente no existiríamos si no creásemos al ego, no seríamos capaces de sobrevivir sin todos esos personajes que vamos creando a lo largo de nuestra vida, pues ellos nos dan la posibilidad de seguir viviendo con todas las normas, prohibiciones y miedos que se presentan en nuestro caminar y que nos van haciendo poco a poco que nos olvidemos de quienes somos. Cuando vamos despertando, que no es otra cosa que recordar quiénes somos, nos damos cuenta de que realmente el ego es el que más daño nos hace, así que lo "desmontamos""nos desmontamos" y es el momento de poner al ego en la parte más oscura de nuestra mente, de vez en cuando sale a nuestras vidas, pero al ser conscientes de su presencia, nos damos cuenta de quién es y cada vez, con más rapidez, le reconocemos y le metemos en su celda. Es lógico que pase tiempo para que volvamos a ser soberanos de nuestra vida, y también nos costará reconocer las hazañas más retorcidas del ego, pero tenemos la práctica de la observación de nuestros pensamientos, para poder poner al ego a nuestro servicio. Cuando nos desmontamos nos vamos conociendo, vamos amándonos y perdonándonos por haber permitido el castigo y la humillación constante de nuestro ego. Poner al ego a nuestro servicio es reconocer que somos RESPONSABLES de todo lo que pensamos, vemos y experimentamos, cuando reconocemos ésto es cuando empezamos a cambiar nuestros pensamientos, empezamos a ver con otros ojos lo que antes no queríamos ver. El ego se revela a reconocer que no lo está haciendo bien, eso es lo que nos pasa cuando empezamos a salirnos de nuestra zona de confort, cuando salimos de lo que conocemos y aceptamos como la única verdad que existe. Salirse de la zona de confort es probar otras maneras de actuar y ver si me sirven o no me sirven, es EXPERIMENTAR, esto me vale esto no me vale, esto le valía a mi madre/padre pero a mi no me vale, ah! mira esto que me enseñó mi maestra que tan poco me gustaba resulta que me parece muy útil. Insisto, DESMONTARSE Y SER FELIZ, ese es el objetivo de mi vida y el que, con mucha ilusión comparto y acompaño con quien así lo desee. Espero que os haya gustado, que os ayude, para mí son muy valiosos vuestros comentarios, si tenéis problemas para ponerlos por aquí por favor escribidme al email info@eloisa-sanchez.com y contarme qué os ha parecido, si os ha ayudado, en fin yo también aprendo de vuestras experiencias y comentarios. Os mando un abrazo muy muy fuerte para tod@s

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